martes, 4 de julio de 2017

Casa Úslar Pietri



Por @Joaquin_Pereira

Creo definitivamente en el destino y en el poder de nuestras intenciones. En 1994, cuando estaba realizando una pasantía corta en la empresa de telecomunicaciones CANTV en Caracas -como parte del pensum de estudios de Ingeniería en Computación en la Universidad Simón Bolívar-, aprovechaba los traslados en autobús de casa a la oficina para leer Lanzas Coloradas del escritor venezolano Arturo Úslar Pietri. 

Mientras leía el libro recuerdo que me decía a mí mismo: “Yo quiero algún día escribir historias como ésta”. Quince años después -ya graduado de ingeniero y luego de periodista- estaría dictando mi Taller de Escritura Creativa en la casa donde vivió Úslar Pietri. 

***

Aunque se creó una fundación para usar el espacio para actividades culturales, la casa sigue casi igual a como era cuando el escritor vivía en ella. Es decir, no parece un museo aún. 

Una de las razones de que la casa conserve el mismo aire de hogar que respiró el escritor se lo debemos a una encantadora señora llamada Lola, quien trabajó por años al servicio de la familia de Úslar Pietri y aún vive allí. 



En una oportunidad cuando terminé de dictar uno de mis talleres sabatinos y esperaba un segundo grupo, Lola me llama a la biblioteca y me dice que vio a un hombre en ella que pensaba en un principio era yo pero al mirarle el reloj pulsera se dio cuenta que era el señor Arturo. 

No sé muy bien si sólo fue un recuerdo haciéndole una buena pasada o si en verdad era un espíritu. Lo que sí podemos confirmar tanto yo como mis estudiantes es la buena energía que se siente en el recinto, como una palmada en la espalda de los que aspiran arrancarle a la página en blanco una historia.

***

Tomé por costumbre cuando llegaba un alumno nuevo a hacerle un recorrido por la casa. Me gustaba mostrarle la extraña cama donde Úslar Pietri tomaba sus siestas. Extraña porque está elevada del suelo de forma poco común, como si su ocupante le temiera a alguna alimaña nocturna.

También les mostraba las fotografías familiares y los hacía oler los perfumes que usaba. Los llevaba a su maravillosa biblioteca donde aún se encuentran algunos objetos personales, incluso primeras ediciones de sus libros firmadas. 



Pero debo confesar que lo que más me gustaba mostrarles a mis estudiantes durante ese recorrido era una piedra. Se trata -por lo que se puede leer en una etiqueta pegada a la misma- de un pedazo del oráculo de Delfos. 

Me daba gracia imaginar al elegante escritor venezolano recoger del suelo un suvenir en alguna de sus visitas a Grecia. Pero más importante es que veía en esa piedra un símbolo de lo que significó y aún significa la figura de Arturo Úslar Pietri para Venezuela.

Mientras estaba vivo su palabra fue un faro que iluminaba la conciencia nacional. Muchos políticos lo visitaban para consultar su opinión sobre los problemas por los que atravesaba el país.

Sí, Arturo Úslar Pietri fue nuestro oráculo de Delfos y aún revisamos su pensamiento plasmado en su obra escrita para buscar respuestas ante las vicisitudes actuales.



***

Una de las razones por la que la casa tiene tan buena energía quizás sea por haber sido diseñada por el mismo arquitecto que planificó la Universidad Central de Venezuela, Carlos Raúl Villanueva. 

Esto se nota sobre todo en la forma como el jardín pareciera una extensión de la sala principal separado apenas por una reja que parece flotar entre ambos ambientes. 

Resguardando las afueras de la casa como centinelas hay varios árboles de mango que entre mayo y julio descargan sus frutos en la entrada del estacionamiento.

El piso de la planta principal presenta baldosas con curiosas figuras de colores naranja y tierra: gallitos, flores de liz,… 

En las paredes se pueden observar varias pinturas que retratan al escritor en varias etapas de su vida. También hay fotografías que registran eventos importantes, como por ejemplo la entrega del premio Príncipe de Asturias otorgado al escritor por el actual Rey de España cuando apenas era príncipe.

***

La Casa Úslar Pietri ha sido el espacio perfecto para desarrollar mi Taller de Escritura Creativa. Decenas de alumnos se han inspirado en ella para echar adelante sus particulares carreras como escritores. He sido un orgulloso testigo del camino que han realizado desde las primeras pautas escritas en mi taller hasta llegar a publicar sus libros y obtener premios. 

Pero lo más importante es que he sido testigo del poder transformador de la escritura en la vida de una persona. El brillo en los ojos de mis talleristas cuando logran concebir una historia es el mayor premio que pueda recibir. 

Sé que Arturo Úslar Pietri desde la esfera donde desarrolla su conciencia ahora nos está viendo y sonríe cada vez que dictamos un taller en su casa. Gracias Arturo por tu obra, por tu claridad de pensamiento y por brindarnos de forma tan generosa tu casa para desarrollarnos como escritores. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario