A continuación te presento 7 ideas que sugiero tomar en cuenta en la redacción de tus próximas
pautas. El objetivo es hacer más atractivo el cuento al lector, es decir,
engancharlo desde la primera línea y hacer que se mantenga leyendo hasta el
final.
1.
El cuento es como un círculo.
Todo lo que vayas mostrando en la narración de tu historia
(personajes, objetos, etc.) tiene que tener algún sentido trascendente a la
trama de la misma. Es decir, evita añadir información que no aporte y menos aún
deje hilos narrativos sueltos, es decir, sin resolverse al final.
2.
Aprovecha la gestalt del lector.
El cerebro humano utiliza cada nuevo dato de información que
recibe y le da un sentido o significación completa. Si por ejemplo dices
en un texto “vestido blanco”, el lector podrá pensar en “matrimonio
eclesiástico”; si dices “el acusado bajó la mirada cuando se le preguntó si era
culpable”, el lector puede concluir que efectivamente sí es culpable. Ojo, el
efecto “gestalt” que el lector hace no necesariamente es cierto, es por esto
que podemos aprovecharlo para introducir pistas que apunten a un sentido de la
historia y al final darle un giro sorpresivo a la misma.
3.
Mostrar más que decir.
Hay frases de los textos que aumentan el interés del lector
sobre el mismo y otras que más bien lo aburren o disminuyen su atención.
Aquellas frases donde muestres lo que quieres explicar más que simplemente
decirlo son más atractivas. Ejemplo: es más atractivo decir “Carlos temblaba de
pies a cabeza y su piel se tornó pálida de repente” a decir simplemente “Carlos
tiene miedo”.
4.
Colocar al protagonista en momentos
trascendentes.
Un gran porcentaje de la vida real puede ser considerado
aburrido: cepillarse los dientes, hacer una cola de banco, limpiar la casa,… En
los cuentos por lo general se incluyen momentos o escenas en las que les ocurre algo
trascendente a los personajes y más si son protagonistas. Ejemplo: si un hombre
le va a pedir el divorcio a su esposa muéstralo en el momento justo cuando éste
se lo pide y ella le echa el café caliente en la cara; si tu protagonista se va
a caer en un hueco, no des tantos rodeos, muestra al personaje justo en el
momento en que se cae.
5.
Aprovecha el significado de los
nombres de los personajes.
Un cuento es corto por definición, así que hay que
aprovechar cualquier truco para expresar con pocas palabras lo que se desea
mostrar. Un truco que recomiendo es escoger cuidadosamente el nombre de los
personajes y más el de los protagonistas. Puedes aprovechar este dato para
hacer referencia al carácter del personaje con sólo decir su nombre. Si tu
protagonista es aguerrida y como decimos en Venezuela “echada pa´lante”,
Bárbara o Victoria podrían ser nombres adecuados, a menos que quieras
introducir cierta ironía en tu cuento al nombrarla Tranquilina, Dolores o
Magdalena.
6.
Evitar las moralejas.
No hay cosa que más espante a un lector que un texto que
intente “sermonearlo”. Un error común cuando alguien se inicia en el oficio de
escribir es intentar darle consejos a quien lo lee o emitir un juicio con
respecto a la forma de actuar de los personajes. Si quieres mostrar cuan
perverso es un personaje, describe una de sus fechorías, no digas que
simplemente que es malo o que lo que hace no se debe hacer.
7.
Evitar los lugares comunes.
Hay un fantasma que asusta especialmente a los poetas y que debes evitar o darle un giro especial, es el llamado lugar común. Se trata de frases trilladas, que de tanto ser dichas pierden su poder seductor. Un truco que siempre funciona es burlarse de los lugares comunes: “Aunque suene cursi y te burles, por ti bajaría la luna y sí, tus dientes son como perlas”, le dice un enamorado a su novia.
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