Por @Joaquin_Pereira
Un arquitecto antes de construir un edificio hace
una maqueta; un ingeniero antes de ejecutar un plan desarrolla un proyecto. Un
escritor puede echar mano de un esquema previo a la escritura que lo ayude a
“envenenar” o darle sabor a su escrito previo al proceso de redacción
definitiva. Un esquema nunca es rígido, es simplemente un mapa de ruta que
puede ir adaptándose de acuerdo a los nuevos hallazgos que haga el creador
mientras hace su obra.
Un esquema te va a ayudar a evitar sufrir de una
especie de “hemorragia” al escribir, es decir, que escribas y escribas y no
halles como cerrar la historia. También te ayuda a cuidar los hilos
argumentales para que no te queden cabos sueltos y evites generar lo que yo
llamo una “sopa aguada”, es decir, un texto donde añades párrafos que no
aportan nada a la historia.
Algunos escritores construyen su esquema
mentalmente. Y recomiendo que lo escribas. Es tan sencillo como responder las
siguientes preguntas:
- Cuál es el tema general sobre el que quiero escribir.
- De forma resumida cuál es la anécdota que quiero contar.
- Quienes serán los personajes de mi historia.
- Quién o quiénes serán los protagonistas.
- Cuáles nombres serán los más adecuados para mis personajes.
- Cuál es el nudo o conflicto principal de la historia.
- En que escenarios ubicaré a mis personajes.
- Cómo resuelvo el conflicto de forma sorprendente o atractiva.
- Que pistas puedo ir suministrándole poco a poco al lector para
prepararle el terreno al desenlace.
- Cuáles son algunos momentos trascendentes de la historia en los que
puedo ubicar a mis personajes.
- Cuál será la primera frase con la que quiero enganchar al lector.
- Con que frase contundente voy a cerrar mi historia.
Cuál será el título de la historia.
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